Por impago de alquileres, se produjeron casi  800 desalojos en el 2018. Es la peor crisis hipotecaria por la que han pasado las familias en Galicia.  Fueron desalojadas de sus viviendas por no poder pagar las hipotecas. Con la economía doméstica recuperada, ahora las familias se enfrentan a una nueva crisis, el alza de los alquileres de vivienda.

En los últimos seis meses del 2018, se ejecutaron 797 desalojos en Galicia. Las familias no pudieron cumplir con las condiciones de los contratos de arrendamiento. De acuerdo a las estadísticas del Poder Judicial, se disparó un incremento del 12% más en los alquileres, que en el mismo período del ejercicio anterior.

El patrón de crecimiento que se venía dando en los meses anteriores se rompió completamente. El incremento de los alquileres de viviendas se había detenido. Presentándose inclusive, en los primeros meses del año un retroceso del 50%. Sin embargo, en julio hubo un repunte. Se dispararon nuevamente los precios. Esto lleva nuevamente a las familias a un estado de inseguridad.

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Este retroceso de los precios del alquiler ocurrido en la primera mitad del año, explica el 24% de descenso acumulado en Galicia en 2018. Nunca visto en España.

En todo el año 2018, los desalojos de pisos arrendados fueron casi las tres cuartas partes de los despojos practicados por los juzgados en Galicia. Se incrementó alrededor de diez puntos la proporción del ejercicio anterior al compararlo con el descenso continuado de los desahucios producto de una ejecución hipotecaria.

Las causas que provocaron los despojos

La fuerte alza de los precios de alquileres en los últimos meses del año fue la causa principal de los desalojos. El Portal Inmobiliario Idealista reporta en sus estadísticas, que el precio promedio por m2 en alquiler aumentó un 5,2 %. Esta alza se presentó entre los meses de junio y diciembre en Galicia.

Por otra parte, en las grandes ciudades la presión fue mucho mayor. Las alzas se cuentan con dos dígitos de acuerdo a los datos suministrados por la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).

Por ejemplo, en La Coruña, se presentaron alzas alarmantes alrededor del 28% en el 2018. El costo promedio de un arrendamiento pasó de 6,5 euros /m2  en 2017, a un valor de 8,3 euros /m2 en el 2018.

Por otro lado, en Vigo hubo un crecimiento similar. Se presentó un repunte del 24 % en los precios. Pasaron de 6,95 euros /m2 a 8,6 euros /m2  en 2018. Asimismo en Santiago aumentó de 5,6 euros /m2  a 6,7 euros /m2, lo que representa el 20% de aumento. Son los tres casos donde el aumento fue mucho mayor.

Sin embargo, en todas las urbes hubo incrementos generalizados.  Por ejemplo en Ourense pasó de 5,1 euros /m2  a  5,25 (3%). En Lugo  hubo un aumento del 4%, el alquiler paso de 4,8 euros /m2  a  5,0.  En Pontevedra  también se reportó un alza del 8,5% al pasar de 5,9 euros /m2  a 6,4. Finalmente en Ferrol de 4,1 euros /m2 pasó a  4,2 (2,4%).

El problema no se queda solamente en Galicia. En el resto de España también hubo un incremento en el alza de los alquileres. En especial, en ciudades como Madrid, Andalucía, Cataluña, o la Comunidad Valenciana. Son las ciudades donde en volumen, registran más desalojos por impago del alquileres.

No se vislumbran buenas expectativas

El problema de las subidas de precios en los alquileres puede ir más allá de esta crisis. La Federación de Asociaciones de Inmobiliarias (FAI) y Fegein advirtieron que el último decreto del alquiler aprobado por el Gobierno puede causar más inconvenientes para alquilar una vivienda. Es posible que baje la oferta de vivienda y también que se presente un nuevo repunte de precios.

De esta manera, los propietarios de las viviendas, intentarían compensar las limitaciones puestas en las garantías adicionales a la fianza. Es necesario conocer lo que está contemplado en el nuevo decreto.

Por otro lado, la FAI estima en un aumento del 5 % con picos altos hasta del 10 % en especial en las grandes ciudades. Que inclusive en el peor de los casos, pudieran salir de los mercados tanto jóvenes como desempleados. Ya que es la población con menos ingresos y la única manera de tener una vivienda es a través del arrendamiento.

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